martes, 25 de agosto de 2009

Semana de destrucción

Y desde luego que ha sido de destrucción. Saliendo desde el miércoles al sábado, pero el disfrutar de tus amigos durante estos días bien lo merece:

Miércoles: siempre viene bien un poco de Malasaña un día de diario, disfrutar de sus calles envejecidas en aspecto pero llenas de vida y juventud, ese Madrid alternativo donde se pueden juntar personas de cualquier clase con un solo objetivo "Beber en la calle y pasarlo bien". Tras unas conversaciones sobre los Mayas, el Budismo y el mundo espiritual (acompañadas con su sangría) entramos en un lugar llamado TupperWare, con gente...rara y un camarero que supuestamente estaba bueno, supuestamente. Y sí, me miraba. Cuando salimos comenzamos a buscar a las 3:30 más sitios en los que saciar nuestra sed alcoholica, pero mientras buscabamos ese nuevo sitio yo miraba esas calles de madrid para trozo a trozo tenerlo en mi mente y acordarme cuando sienta nostalgia en Milán. Tras no encontrar un sitio y reirnos de 3 nombres de discotecas (The Mada Facka, Manuela y Pocito) nos fuimos a casa en coche...hasta que en el tunel del Pº de Extremadura hablamos con unos del coche de al lado y sin comerlo ni beberlo, acabamos en su casa de Carabanchel de after (donde había un jardín botánico de Marihuana), así, sin más. Y así, sin más, nos fuimos de ella.

Jueves: Una noche más en el Murano, donde vimos a Ainhoa de GH, 4ª en la 5ª edición, creo; que la intentaron matar en Helsinki cuando fue a hacer un supuesto anuncio para Nokia. Lo que tiene la zona sur entre diario es que no hay mucho abierto, al final Mae West.

Viernes: Azu, Esme y yo fuimos al Stardust!...y haciendo botellón en Chueca me encontré con Sergio que tenía pensado llamarle y tachán! apareció con sus amigos italianos!. Una chica igual que arisa y Julio, muy laca, muy loca y muy majo. Fue una noche genial, quizás mi última en esa discoteca. Por cierto, me recomendaron Plastic en Milán.

Sábado: DIOS...muerte, acabamos matando una botella de cazique Laura, Esme y yo. Cuando llegamos al Shandal seguimos bebiendo gracias a la gratitud del camarero y los encantos de Laura. Conseguí que se gestara mi fiesta de despedida del sábado que viene. El estado en el que llegamos los 3 a mi casa mejor no recordarlo. De hecho aunque lo intente, creo que no podría.

El domingo fue para mi un día de reflexión y de costra en mi casa. Me dí cuenta de cuantos momentos me voy a perder aquí y de cuantos voy a traer de Milán, recuerdos que seguro serán increibles. Me siento con menos fuerzas de que llegue el sábado y no pueda contener alguna lágrima que escape de mis ojos, cada dia les miro en silencio y pienso que me queda poquito para no verlos, para no sentirlos, para no escucharlos, para que se acaben las bromas...

Cada día que pasa mi emoción aumenta y el miedo me va ahogando el cuello un poco más, pero como dicen "la soga aprieta pero no ahoga".


Os dejo una foto de junio, cumple de Laura.

2 comentarios:

  1. A mi me encantó el tupperware....

    La nostalgia es una puta, aparece cuando sabe que vas a "perder" algo que importa, aunque sea temporal.

    Va quedando menos para Milan, me muero de ganas y deincertidumbre!

    ResponderEliminar
  2. mira como llores el domingo kedaras como una marika asike ni se te ocurra!!

    ResponderEliminar